sábado, 20 de diciembre de 2008









Cóncava,
la voluntad expira sin mácula.
Y nada se cumple
porque sosegó el aire la fortuna.

Inmóvil aluzaba la mañana.







Francisco R. Hernández, de La sed y el incendio

2 comentarios:

karmen blázquez dijo...

Lo leí esta mañana,querido Durandarte, mientras cavilaba sobre la voz, el aire en torno, nunca quieto invisible inaudible, y quise retardar ese momento, para que no se moviera la mañana, porque "sosegó el aire la fortuna", resultado de aliento puro, "Cóncava, la voluntad expira sin mácula". Maravilloso, es de los que más me gustan. Confieso que creí errata lo que no es sino un alba detenida, sosteniéndose.
Salud Os
k

karmen blázquez dijo...

Lo leí esta mañana,querido Durandarte, mientras cavilaba sobre la voz, el aire en torno, nunca quieto invisible inaudible, y quise retardar ese momento, para que no se moviera la mañana, porque "sosegó el aire la fortuna", resultado de aliento puro, "Cóncava, la voluntad expira sin mácula". Maravilloso, es de los que más me gustan. Confieso que creí errata lo que no es sino un alba detenida, sosteniéndose.
Salud Os
k