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Mira cómo las pisadas
escriben el cauce antiguo.
Aguarda el segundo arrebol:
no antes tensarás el estambre
hasta que las pulsaciones
pueblen el aire del mes.
Después pesa el signo ardiente,
siempre envés bajo el agua.Francisco R. Hernández, de La sed y el incendio
2 comentarios:
Bello poema te dejo mi saludo
Gracias y saludos.
P.
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