domingo, 23 de diciembre de 2007
Regreso del sueño,
y recuerdo la caída de brazos abiertos,
justo cuando la confidencia es dulce
y en los labios de sábanas frescas
se pone fin a un perseverar obsceno,
al martilleo de mí mismo sobre el yunque;
latido y ritmo que han gobernado
con esa voluntad ciega o torpe.
Francisco R. Hernández, de De una región, clamor
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