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Sólo huello nieve soñada.
La vid conoce su herrumbre;
el ciervo, la última fiebre.
En la fronda, memoria del veneno
y sus sílabas.
Mas bajo ese fulgor
el milagro se cumple de otra forma.
Noli me tangere.
Francisco R. Hernández, de La sed y el incendio
2 comentarios:
Un sueño, Durandarte, un sueño inmemorial, maravilloso, maravilloso
"Noli me tangere" y subió a los cielos...desde donde la nieve, desde dónde la nieve y su fulgor
Un saludo
k
Don Francisco, en estos tiempos aciagos para la poesía donde la trampa de la anécdota, el tema, la oratoria decimonónica, el cuasi periodismo verbal... para ingrata sorpresa de ángeles y bestias aún permanece victorioso y dominante; su poesía refleja el otro lado que ansía redención: el fulgor de la imagen, la realidad poética como realidad en sí, la espada metafórica, palabra de la palabra, sencillez del uso... redimen a este lector de tanta basofia en los altares pseudoliterarios.
Amén de, y hago notar esto emocionadamente, su humildad, amigo, su inquebrantable humildad. Sus pasos dados en AVIVE EL SESO (portentosa recopilación de los mejor y a veces más oculto en las artes) y la brillantez de sus poemarios en BREVIARIO INVISIBLE; forjan un ejemplo de conducta: acumulación del saber, entrega sin necesidad de reconocimiento, creatividad a mansalva.
Que esta línea de ser siga sucediendo, y de paso sea dicho: muchos aprendan de ello, aprendamos.
Su estilo, compañero, abarata a tantos salvadores... del mundo y el verbo.
Antonio Medinilla
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