domingo, 10 de agosto de 2008









Sea respiración cada puntada,
repose el signo en la urdimbre
donde lo insonoro anida.

Abrigan la hora y la certeza
una divisa fecunda.
En la nuez, la palabra.

Otro rezo me mide
con su columna de pájaros.







Francisco R. Hernández, de La sed y el incendio

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