viernes, 13 de marzo de 2015


    
    
    
      
       
      
            
Llamo a mi perro.

La tarde ha ardido
lejos de las palabras.

Acude entre las sombras
y roza mi pierna.

Soy huella del límite.
 
  
 
    
    
    
 
Francisco R. Hernández, Arte de la cetrería

4 comentarios:

karmenblazkez dijo...

oye el perro su nombre en la voz de su amo, tiene amo pues tiene nombre.
Magnífico momento el roce intencionado,más allá no podemos,condenados a ser "huella del límite".
Salud Os siempre Durandarte
abrazo
k

Durandarte dijo...


"Tiene amo pues tiene nombre". Siempre agradecido por tu aguda y generosa lectura.

Abrazos.

Patricia Damiano dijo...

Si te vas de la red te mato, Durandal

Durandarte dijo...


Patricia, tu oferta es indeclinable.

Abrazos.